jueves, 10 de enero de 2013

¡Ah, pues si leen esas!


Comentario en torno a la novela "La busca", de Pío Baroja. Esta entrada pertenece a la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.

Polvo o lodo según la estación, "vida africana, de aduar". Así son las orillas del Manzanares en mil novecientos y poco.


Madrid, Puente de Toledo.

Manuel ya no puede trabajar en la pensión de doña Casiana, ha cometido la imprudencia de pelearse con el huésped comisionista, aquel que tanto le chinchaba. Su madre, la criada Petra, le acompaña a un nuevo trabajo: vivirá con su tío, un  zapatero "regenerador" de calzado viejo. Reciclaje diríamos hoy, en aquellos tiempos todo era un intento de "regeneración":

"...el zapatero  discurseó un poco a cerca del porvenir de España y de los motivos de nuestro atraso, conversación agradable para la mayoría de los españoles que nos sentimos regeneradores"

Con  chichones en la cabeza y tras descuartizar una montaña de zapatos viejos, acompaño a Manuel, con su primo  Vidal, por las "rondas miserables" del sur de  Madrid. Allí va a conocer al Bizco y los "Piratas", compañías nada recomendables.
 
Me doy de bruces con unas líneas especialmente duras, cuyas protagonistas son apenas unas niñas. El Bizco se nos hace odioso.

"Unas cuantas chiquillas de diez a catorce años charlaban en grupo. El Bizco y Vidal y los demás las persiguieron por el patio. Corrían las chicas medio desnudas, insultándoles y chillando. El Bizco contó que había forzado algunas de aquellas muchachitas
-Son todas puchereras, como las de la calle de Ceres -dijo uno de los piratas.
-¿Hacen pucheros? -preguntó Manuel.
-Sí; buenos pucheros.
-Pues ¿por qué son puchereras?
-Pu... lo demás -añadió el chico haciendo un corte de mangas.
-Que son zorras -tartamudeó el Bizco-. Pareces tonto.
Manuel contemplo al Bizco con desprecio, y preguntó a su primo:
-¿Pero esas chicas?
-Ellas y sus madres -repuso Vida] con filosofía-. Casi todas las que viven aquí."


Me quedo con la mirada de desprecio de Manuel. Y con la respuesta filosófica del primo Vidal.

 El ritmo de lectura que impone Baroja es muy rápido, se suceden personas y ambientes fundidos en un mismo conglomerado mísero y cochambroso. Hombres y mujeres en su lucha por la vida, aunque algunos abandonen la batalla y se limiten a "dormir como aletargados"

Aguas pestilentes, " un montón de trastos inservibles, cubierto de chapas de cinc...telas puercas y tablas carcomidas, escombros, ladrillos, tejas y cestos: un revoltijo de mil diablos."

Respiro aliviada, algunos trozos de galería, en la Corrala, se salvan del caótico amasijo:

"Aquí se advertía cierta limpieza y curiosidad: la pared blanqueada, una jaula, algunas flores en pucheretes de barro...un banco de carpintero, la caja de herramientas, denunciaban al hombre laborioso, que trabajaba en las horas libres"



A pesar de estos oasis, estoy agotada, literariamente hablando. Así que cierro el libro y me dedico al googleo, a ver qué dicen por ahí de la singular manera de escribir que tiene nuestro don Pío; al cual voy tomando cariño, a pesar de su fama de misógino.

"todos leen a Baroja"

 Misógino, misoginia...me viene a la memoria una anécdota bien conocida acerca de Miguel Delibes, cómo no, Pío Baroja y las mujeres lectoras.  El periodista Juan Cruz lo escribe así en "El País":

"Contaba Miguel Delibes que cuando tuvo su primer éxito editorial con La sombra del ciprés es alargada se fue a ver a su maestro Pío Baroja. Y cuando estuvo frente al ilustre misógino (y misántropo) le explicó los números de su triunfo:-Maestro, ya he vendido 3.000 ejemplares.-Esa es una cantidad muy importante, le respondió Baroja, que a continuación inquirió: ¿Y cómo es posible, cómo ha vendido usted tanto?-Bueno, me han dicho que ahora leen mucho las mujeres. -¡Ah, pues si leen esas...!"

 -Sí, don Pío. Ahora "esas" leemos e incluso  algunas de "esas", profesoras universitarias, han rastreado su obra para despojarle a usted del sambenito. Como la profesora Asunción Rivas que afirma:

"Ha sido un error proverbial tachar a Baroja de misógino" 
 
“El problema, quizás, es que la observa con objetividad y no duda en describir su situación como realmente la ve”

"...un arquetipo embrutecido, dependiente y dominado por la religión"

Hay en otras novelas de Baroja otro tipo de mujer libre y culta, como la Lulú de "El árbol de la ciencia". “Pero...con dos rasgos femeninos fundamentales –la necesidad del amor y el deseo de ser madres- que las caracteriza frente a los hombres y las hace vulnerables”-

¿Y en "La busca"? Como muestra, puede servir este botón:

"Las mujeres de la casa, por lo general, trabajaban más que los hombres, y reñían constantemente. De treinta años para arriba tenían todas el mismo carácter y casi el mismo tipo: negras, desmelenadas, iracundas; gritaban y se desesperaban por cualquier cosa"

Mujeres trabajadoras, pobres y desesperadas. Así era la realidad, no había misoginia en ello. Como la pobre Salomé y el bellaco de su marido.
"Por un espíritu de humildad o de esclavitud, unido a un natural independiente y bravío, la Salomé adoraba a su hombre, y se engañaba a sí misma, para considerarlo como tremendo y bragado, munque era cobarde y gandul. El bellaco se había dado cuenta clara de la cosa, y cuando le parecía bien, con ceño terrible aparecía en la casa y exigía los cuartos que la Salomé ganaba cosiendo a máquina, a cinco céntimos las dos varas. Ella daba sin pena el producto de su penoso trabajo, y muchas veces el truhán no se contentaba con sacarle el dinero, sino que la zurraba además."
 
Volvamos al "¡Ah, pues si leen esas!".  Podemos cerrar con estas palabras de Juan Cruz, en "Él País":

"La respuesta de don Pío esconde toda una manera de ver la irrupción de las mujeres en el universo en el que él no veía, entonces, sino pantalones de dril. Lo cierto es que antes y después las mujeres han sido tan buenas o tan malas lectoras como los hombres, pero los hombres han sido más o menos como don Pío en todas las épocas y también ahora mismo. "



Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino

Las palabras directamente extraídas del texto se corresponden con el enlace:
http://www.escuelahistoria.fcs.ucr.ac.cr/contenidos/biblioteca/esociales/PioBaroja-LaluchaporlavidaI_Labusca_.pdf

11 comentarios:

Gelu dijo...

Buenas tardes, Abejita de la Vega:

Si lo cuenta Juan Cruz, que lo dice Miguel Delibes, me lo creo.
Pero, ...Pío Baroja tenía un gran sentido del humor.
No creo que fuese misógino. Tal vez un poco misántropo, y con lo que había visto en su vida, en su situación y en los tiempos que le tocaron, se entiende.
Las mujeres, durante siglos, todos sabemos que no lo tenían fácil para dedicarse a la lectura. Tenían otras necesidades y obligaciones urgentes.
Las que lo hacían, porque podían permitírselo -en nuestro país- eran privilegiadas.
Afortunadamente todo ha ido cambiando, y el porcentaje de lectores/as si no va a la par lo superan las féminas. Eso, es debido en parte, al sacrificio, trabajo y generosidad de las mujeres que las han precedido, que querían salir de la situación de incultura y disfrutar del conocimiento y de lo bello que encierra el saber. También hay que reconocer el mérito a algunos hombres que han colaborado para que este hecho se produjera.

Abrazos.

P.D.: Volveré.
Quiero preparar la entrada de la lectura, y aún no sé lo que escribiré de ‘La busca’.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Baroja era un tanto cascarrabias, no más o menos misógino que su época. Además, en las últimas décadas de su vida -de cuando es la anécdota- su humor se había ensombrencido y su ideología se había ido cerrando.
No creo que La Busca o las mayores obras de Baroja sean misóginas o, por lo menos, más que su sociedad. Y, como señalas, siempre hay un gesto de algún personaje que denuncia la violencia contra las mujeres que se ejerce en el relato.
Bien visto todo ello.

Merche Pallarés dijo...

Estoy con GELU y el profe, no creo que fuera misógino, cascarrabias, sí, como buen vasco y solterón... ¡Qué horrible las vidas de Salomé y las demás mujeres y sus hijas en esa corrala! Besotes, M.

Ele Bergón dijo...

"Esas" que leían por aquel entonces no debían de ser muchas, pero las había y poco a poco fueron aumentando. Gracias a "esas que leían", muchas porque se empeñaron en amprender a hacerlo, ahora podemos ver de una forma más objetiva las historia tanto de la literatura como la la historia en general.

No me extraña que D. Pío te agote. Realmente describe unos ambientes tan abigarrados de trastos viejos y porquería, así como de personajes con sentimientos tan "fuertes" que se necesita tiempo para digerirlos. Eso lo compensa con la facilidad de lectura.

Muy buena entrada

Besos

Luz

Kety dijo...

Como dice Luz, las que leían en aquella época eran privilegiadas.
Seguramente abundaban más como Salomé.

Ya he llegado a esta parte del libro, me ha enganchado.
Un abrazo

Myriam dijo...

Tampoco lo creo a Pio Baroja misógeno, más adelante en la trilogía se aprecia mejor ésto en personajes como La Salvadora.

Pero si creo que él más que "un poco cascarrabias" como dice PEDRO es o era , mejor dicho, de los que no dejan títere con cabeza...

Besos

Pamisola dijo...

Ya terminé la lectura de La Busca, y todavía estoy procesando, soy lenta.
En cuanto a lo de misógino, no hacía falta que lo fuera, porque las cosas debían de ser así más o menos. El menosprecio al trabajo de las mujeres, y como personas, sería lo normal en aquélla época. Aunque en varias ocasiones, deja entrever algo de respeto hacia ellas.

"Esas", las extraterrestres que leen, lo que hay que ver.

Muy bueno las anécdotas que te buscas por ahí.
Besos, Mª Ángeles.

pancho dijo...

A principios del S XX el nivel de analfabetismo era del 50% global en el país, seguro que el de las mujeres era superior. España estaba enferma de atraso secular. Las mujeres se tiraban la mayor parte de la vida fértil embarazadas y cuidando "lechigadas" de hijos de los que sobrevivían la mitad o así. Se moría mucho antes que ahora y las condiciones de todo tipo no favorecían precisamente la lectura ni a ellos, ni a ellas. Sólo las clases pudientes podían hacerlo porque tenían resueltas las necesidades primarias. Con hambre, no hay quien lea. De modo que no estoy muy de acuerdo con el artículo de Juan Cruz, lo que no deja de tener su gracia la anécdota. Estoy seguro de que si el periodista y Pío Baroja visitaran un Centro de Adultos, cambiarían sus pensamientos de forma radical. Al menos en el nuestro el 90 % de las alumnos son del género femenino,( con la excepción de la Secuandaria) en todos los programas, da igual que sea Inglés, lectura, informática o peluquería.

Muy bueno el enlace que has puesto sobre la obra de Baroja. Una pena que falten bastantes imágenes.

Una anécdota bien buscada.

Un abrazo

Bertha dijo...

...ni quito ni pongo al comentario de Pancho y,salvo las que tuvieron la suerte de nacer en la república, cómo mís abuelas que sabian leer escribir y eran contestatarias. Pero tambien el hecho de nacer en un punto de la peninsula era decisivo en esa fecha.

Feliz día MªAngeles.

Bertha dijo...

...EN ESOS TIEMPOS QUERÍA DECIR.

Abejita de la Vega dijo...

Gelu: siempre hubo mujeres que quisieron salir de la incultura, no lo tenían nada fácil, como dices. Es verdad que la mayoría bastante tenían con sobrevivir.

Pedro: como cascarrabias lo veo yo, era hijo de su tiempo y asoma en su obra ese gesto de sensibilidad hacia la violencia contra la mujer. Pobre Salomé.

Merche: vasco y solterón y cascarrabias.

Luz: muchas se empeñaron y ahora hay más lectoras que lectores. Agota ese abigarramiento.

Kety: abundaban más las salomés, desgraciadamente. Va enganchando.

Myriam: así es, no dejaba títere...

Pamisola: extraterrestres, es eran.

Pancho: analfabetismo tremendo, criar hijos y matarse a trabajar, triste realidad. Los centros de adultos están llenos de esas mujeres que no pudieron y ahora quieren.

Bertha: mi abuela leía entre cestos de ropa. Decisivo nacer en un lugar o en otro, en un ambiente o en otro.

Besos a todos