viernes, 31 de agosto de 2012

Rolling the Higgs

Hace ya algún tiempo, debido a una pregunta de la Abejita, escribí una entrada acerca del vacío y el Bosón de Higgs.

Hace poco, se habló del descubrimiento de la famosa partícula (que de divina tiene lo que yo, por mucho que diga Rouco).

Pues como hay gente con mucho tiempo libre, hay quien se ha dedicado a hacer una explicación a capella. Para que quede todo claro,ea:

La letra dice:

There's a collider under Geneva
Reaching new energies that we've never achieved before
(Hay un colisionador bajo Ginebra
llegando a nuevas energías que nunca antes se habían conseguido)

Finally we can see with this machine
A brand new data peak at 125 GeV
(Finalmente podemos ver con esa máquina
un nuevo pico de datos a 125 GeV)

See how gluons and vector bosons fuse
Muons and gamma rays emerge from something new
(mira como los gluones y los vectores de bosones se fusionan
muones y rayos gamma emergan de algo nuevo)

There's a collider under Geneva
Making one particle that we've never seen before
(Hay un colisionado bajo Ginebra
haciendo una partícula que no habíamos visto antes)

The complex scalar
Elusive boson
Escaped detection by the LEP and Tevatron
(El elusivo bosón escalar complejo
escapó a la detección por el LEP y el Tevatron)

The complex scalar
What is its purpose?
It's got me thinking
(El escalar complejo
¿cual es su sentido?
me tiene pensando:)

Chorus:
We could have had a model (Particle breakthrough, at the LHC)
(podríamos tener un modelo (Descubrimiento de partícula en el LHC))

Without a scalar field (5-sigma result, could it be the Higgs)
(sin un campo escalar (Resultado de 5 sigmas, podría ser el Higgs))

But symmetry requires no mass (Particle breakthrough, at the LHC)
(pero la simetría requiere no masa )

So we break it, with the Higgs (5-sigma result, could it be the Higgs)
(así que la rompemos con el Higgs)

Baby I have a theory to be told
The standard model used to discover our quantum world
(Nena, tengo una teoría que contar
el modelo estándar usado para descubrir nuestro mundo cuántico)

SU(3), U(1), SU(2)'s our gauge
Make a transform and the equations shouldn't change
(SU(3), U(1) SU(2) es nuestro gauge
Haz una transformación y las ecuaciones no deberían cambiar)

The particles then must all be massless
Cause mass terms vary under gauge transformation
(Las partículas entonces no deben tener masa
porque los términos de masa varían bajo una transformación de gauge)

The one solution is spontaneous
Symmetry breaking
(La única solución es
la rotura espontánea de simetría)

Roll your vacuum to minimum potential
Break your SU(2) down to massless modes
(Lleva tu vacío al mínimo de potencial
Rompe tu SU(2) hasta modos sin masa)

Into mass terms of gauge bosons they go
Fermions sink in like skiers into snow
(Los fermiones se hunden en términos de masa del gauge de bosón
como esquiadores en la nieve)

¿A que ahora está más claro?

sábado, 25 de agosto de 2012

¿Soy un nogal, una estatua yacente o una noble dama llamada Teresa?

Estatuas yacentes  de nogal en la capilla de los Manrique, en la iglesia del convento benedictino de Palacios de Benaver (Siglo XIV)
 
"Creo que mi nombre era Nogal. También me llamaban Árbol. Raíces, tronco, hojas, ramas, flores, nueces...palabras que hablaban de mí. Circulaba la savia por mis entrañas, ahora mis vasos están secos y vacíos. Los hambrientos seres humanos apreciaban mis arrugados frutos, sin reparar en el regalo de fluido vital que mi color verde fabricaba sin tregua. Ya no recuerdo cómo funcionaba aquel milagro. ¿Dicen que se llama fotosíntesis?

Ha pasado mucho tiempo desde aquel día en que me arrancaron de mi madre tierra, en aquel huertecillo donde vivía con dos compañeros, tan nogales como yo. Los tres corrimos la misma suerte, culpables de ser demasiado hermosos. Fue una dolorosa separación.

Nos condujeron hasta un lugar donde no veíamos al sol. Sin ramas, sin hojas, sin raíces...a aquel hombre sólo le interesaban nuestros troncos. Sufrimos una extraña metamorfosis a manos de aquel hombre al que llamaban maestro escultor. Nos arrancaba la madera de aquí y de allá. ¿Para qué nos sometía a continua tortura?
 


Mucho tiempo después, nos transportaron a otro lugar aún más oscuro. Nos colocaron encima de una piedra y acudían los humanos con sus bocas abiertas. Yo ocupaba el lugar central, me señalaban  y decían que yo era la señora Teresa. Y que mis compañeros eran el señor Garci Fernández y su hijo Pedro. No comprendía nada. ¡Soy un árbol! hubiera querido gritar.

 
Han pasado cientos de inviernos, tantos que he llegado a conocer el lenguaje y  las costumbres humanas. Al parecer, debajo de nosotros, bajo la enorme piedra, yacen tres seres humanos muertos. Cuando poseían vida eran personas principales;  mas ahora sólo son despojos. El escultor quiso usarnos para que, a través de nosotros, siempre se les recordara. Por eso, metamorfoseó nuestro tronco en algo semejante a lo que fueron. 
 

 
Tardé mucho en darme cuenta de que yo mismo semejaba un ser humano, una hembra denominada Teresa de Zúñiga. Aquí duerme el sueño eterno, entre su esposo y su hijo, a la espera de la resurrección...dicen.
 
Garci Fernández Manrique, experto en el arte de la guerra, su nobilísima  esposa Teresa y su dilectísimo hijo Pedro. Esperan la resurrección de la carne.
 
Se me olvidaba, hay una cuarta figura con nosotros. Representa a otro ser vivo, ese al que los hombres  llaman perro. Es más pequeño, tiene cuatro patas en vez de dos y dicen que buen compañero. Conocí a muchos de ellos cuando era nogal, en aquel huertecillo, siempre inquietos siguiendo a los de dos patas. El escultor aprovechó un pedazo de uno de nosotros y colocó un perro de madera a los pies del señor Garci Fernández. Eterna e inerte compañía.
 
 
Podéis venir a visitarnos, aquí en la iglesia del convento benedictino de San Salvador, en Palacios de Benaver. En la capilla de los Manrique, los tres nogales juntos decoramos "el sepulcro de Garci Fernández Manrique, Teresa de Zúñiga y su primogénito Pedro Fernández de Manrique". Somos "esculturas de madera de nogal realizadas a principios del siglo XIV". No entiendo lo que estoy diciendo, pero lo sé de memoria de tanto oírlo.
 
Si venís, podréis admirar nuestra belleza y el admirable estado de conservación de nuestra madera.Y, tal vez, os acompañen cantos celestiales...el coro de las religiosas benedictinas. Os espero, amigos. "

 
Nos habló un nogal, digo... una estatua, no...la noble dama Teresa Zúñiga, esposa de Garci Fernández Manrique, de la nobilísima estirpe de Lara.
 
Un abrazo para todos los que me visitáis de:
 
María Ángeles Merino
 
 

viernes, 17 de agosto de 2012

"La leyenda de las 300 monjas". ¿Sin nariz?


Seguimos en Palacios de Benaver (Burgos). Después de pasear entre girasoles y campos recién segados, volvemos al monasterio de San Salvador, aquel donde admiramos una magnífica talla románica de Cristo crucificado. Entramos en su iglesia y reparamos en una antigua tabla  que  representa un terrorífico relato  relacionado con el origen del convento: "La leyenda de las 300 monjas".


Leemos en Wikipedia:
"La leyenda cuenta que en el año 834 el caudillo moro Zefa, que el día 6 de agosto de ese año había degollado a doscientos monjes en San Pedro de Cardeña, decidió saquear el monasterio y asesinar a todas sus habitantes. Eran trescientas monjas que recibieron la palma del martirio ...Tras la profanación el monasterio quedó deshabitado durante 150 años hasta que el Conde Garci Fernández, halló un Cristo crucificado y decidió reconstruir el monasterio en el año 968."

Tengo en mis manos el  viejo libro "Efemérides burgalesas", escrito en 1919 por Juan Albarellos. Busco entre sus páginas, ahora recuerdo que dedicaba un capítulo a esa leyenda, tras otro dedicado a los llamados "mártires de Cardeña".

"Efemérides burgalesas", ed. 1980, Talleres gráficos "Diario de Burgos"

La información coincide más o menos, hay un baile de fechas, pero añade algo que siempre ha estado en boca del pueblo: la drástica decisión que tomaron las religiosas de cortarse las narices para causar espanto a sus enemigos y evitar un peligro considerado peor que la muerte:

Año 952 :"Según cuenta una piadosa tradición, llevaban los moros el designio de profanar vilmente la virginidad de las santas doncellas pero supo tales intenciones la abadesa Redigunda, y convocando a sus compañeras, las propuso cortarse las narices, para de este modo inspirar horror en vez de lascivia a los mahometanos. Ninguna de ellas vaciló, y habiéndose desfigurado el rostro con aquella sangrienta mutilación, los moros al verse burlados las pasaron a cuchillo." (Página 221 de "Efemérides burgalesas", Juan Albarellos).


El libro de Albarellos va más lejos y da cuenta de otra tradición: la de la aparición de un árbol ¡con frutos en forma de monja!:

"En memoria de esta heroica entereza, refiere dicha tradición que brotó en el claustro del monasterio un árbol cuyo fruto representaba la cara de una monja con velo y toca, pero sin narices, y aunque el árbol desapareció con el tiempo, aún se conservan algunos de dichos frutos como reliquia y recuerdo de aquel memorable suceso." (Página 221 de "Efemérides burgalesas", Juan Albarellos).



Que yo sepa,  no queda  rastro ni del árbol ni de los frutos, mas el extraño e inverosímil relato siempre me ha dado qué pensar. Las incursiones musulmanas eran frecuentes por estas tierras castellanas durante los siglos IX y X. El ataque a los monasterios, más ricos que las casas ordinarias, formaba parte del botín de guerra. Seguramente, el de Palacios fue atacado; pero lo del martirio de las desnarigadas entra en el campo de la leyenda, que no en el de la historia. De todas maneras, la leyenda lleva siempre su pizquita de verdad.

Miro a las mujeres de negro pintadas en la tabla. Imaginemos que fuera una historia real, es difícil que  todas estuvieran de acuerdo con la terrible propuesta de la abadesa Redigunda. Alguna monjita tal vez se escondiera, huyera, pies para qué os quiero. Ay, que estoy creando un personaje. La llamaré Burgúndofora, un nombre sencillito.

"No, yo no fui capaz de coger el cuchillo y lesionarme de tan atroz manera. Me llamo Burgundófora, soy la más humilde de las religiosas, acaso la más ignorante. ¿Cobarde? Sí. ¿Prudente? También, que nuestro Señor ordena que nos guardemos, que él nos guardará.

Todo empezó aquel día en que llegó hasta nuestra casa un fraile a caballo. Pedía ser recibido por nuestra muy amada abadesa Redigunda, que Dios tenga en su gloria. Roto, sudoroso y agotado, aquel superviviente de la matanza del monasterio de San Pedro de Cardeña le contó que todos sus hermanos habían sido acuchillados por las hordas sarracenas y expoliadas las riquezas del cenobio. Le describíó un claustro metamorfoseado en río de sangre y le advirtió de la inminente llegada de los bárbaros agarenos a nuestro monasterio. Desde un altozano, les había visto pasar el río Úrbel, a poco más de una legua. Yo me preguntaba qué razón le llevaba a arriesgarse por nosotras...


El fraile espoleó a su caballo y desapareció. Nuestra abadesa le dedicó una dulce mirada y una sonrisa. A continuación, nos convoca y nos propone cortarnos las narices para inspirar horror a los mahometanos, evitando así la vil profanación de  nuestra...virginidad de santas doncellas. Después abrazaríamos la palma del martirio y moriríamos cristianamente. Y al cielo derechitas.


Mis hermanas no vacilan, comienzan la labor de desfigurarse con los cuchillos más afilados de la cocina. Están equivocadas, pienso. A los enemigos no les importará si tienen o no nariz a la hora de dar rienda suelta a su lascivia, con taparles la cara...Y se sentirán burlados, dándolas crudelísima muerte. Hombres...estas damitas de noble cuna lo ignoran todo.


Me ordenan traer más cuchillos, los de la despensa, los que usamos para los cochinos. Es mi oportunidad, desaparezco, ya no me verán más. Desde niña he sido buena trepadora, escapo subiendo por la tapia, ya estoy libre, corro, subo y bajo un cerro tras otro, no sé dónde estoy, no importa. Sólo los corzos son testigos.


Ahora soy ermitaña, vivo en una cueva escondida, en lo más alto de un monte. Aquí no llegan hombres a caballo, ni moros ni cristianos. Rezo mis oraciones, cazo, pesco, recolecto frutas, raíces, miel. Dios sea alabado, estoy viva y...con nariz"


Mi personaje, la hermana Burgundófora, me ha dictado todo eso. Sólo es fruto de mi imaginación y se desvanece como una pompa de jabón. ¡Ya no está! Tened todos claro que el relato es ficticio, no me vaya a ocurrir como a Sor Austringiliana. 

Un abrazo para todos los que me visitáis de:

María Ángeles Merino

sábado, 11 de agosto de 2012

Un girasol que no mira al sol.



Acabó la siega, hay una máquina que peina y amontona.




Color amarillo de trigo. Los pájaros van a la rebusca, tal vez encuentren algún tesoro  entre las cañas cortadas.


Color amarillo de girasol. Me dan la espalda... el cáliz. Miles de flores  orientadas hacia donde sale el sol.


Pero, ahí, en la segunda fila, una corola se vuelve hacia los paseantes de la carretera. Mi sombra lo saluda. Es un girasol que no mira al sol como los demás.

Un niño me pregunta: ¿Está ciego el girasol? Yo le contesto: no, tal vez ve lo que otros no ven.

Gracias por compartir conmigo un momento del verano. Un momento y un girasol...

Un abrazo de María Ángeles Merino

Podéis consultar este enlace:
http://es.wikipedia.org/wiki/Heliotropismo

jueves, 2 de agosto de 2012

"El Cristo de los ojos grandes"

Cristo románico de Palacios de Benaver.

En otras ocasiones, os he mostrado Palacios de Benaver, un pueblecito del páramo burgalés. Los que visitáis mi blog ya estáis familiarizados con sus paisajes de árida belleza, imágenes que han  ilustrado aquí  los más variopintos temas.

 Amaneceres, atardeceres, trigales, cebadales, flores silvestres, molino abandonado, ciprés solitarioermitas en despoblados próximos, caminos, carretera, monasterio, paseos, lectura y escritura en soledad, sentimientos... Pero nunca me había extendido en hablaros de un artístico tesoro que custodian las monjas benedictinas del convento de San Salvador desde hace  más de 900 años: el Crucificado románico de Palacios de Benaver.


La escultura sorprende por sus dimensiones, mide más de dos metros y medio de altura, y por mostrar cierto naturalismo, a pesar de seguir "la esquematización habitual de estas imágenes". Contemplamos un "Cristo en la cruz, aún vivo y sin manifestar el sufrimiento de su martirio, con los pies apoyados en un suppedaneum (pieza en la que descansan los pies del crucificado) y con una anatomía muy simétrica y esquemática." "Es es un típico Cristo románico de cuatro clavos y paño largo, de actitud impasible, triunfante..."

Recuerdo su restauración en aquel verano de 2007. La cámara de mi móvil lo sorprendió, en su iglesia, tendido sobre una camilla, como un enfermo a la espera de un cirujano que curase sus males.


Una operación delicada puesto que encontraron cinco capas de repolicromía en las carnaciones, tres en el paño y otras cinco en la cruz. Especialmente difícil era el rostro porque "cada nueva policromía variaba la posición de los ojos, su tamaño, color del iris… con lo que se modificaba a la vez la expresión de la cara." Y se optó por eliminar las capas añadidas " hasta llegar a la primera policromía románica, que presentaba un estado de conservación excepcional. Ésto implicó la desaparición de capas muy antiguas, con valor por sí mismas." Cinco capas de pintura, cinco cristos diferentes. Hubo que eliminar cuatro, irremediablemente.

Cinco capas de repolicromía

El lunes entro a visitarlo, no hay nadie, me siento delante de la imagen, como tantas veces, aunque no rece. Pienso en los miles de  personas que habrán depositado aquí  oraciones, preocupaciones y ruegos. Millones. 

Dibujo con mi imaginación cómo podría ser el primero que rezó ante el Cristo recién tallado. Es un labriego, apenas cubierto con una mísera capa, se cruza con el escultor que acaba de dar los últimos toques, entra en la iglesia, se arrodilla y reza un Pater Noster. Y pide: "Cristo de los ojos grandes, que llueva lo necesario, ni más ni menos, que caliente el sol lo suficiente, que no hiele, que no apedree, que el hambre no entre en mi casa".


El personaje que acabo de crear se desvanece como una pompa de jabón. Ahora me distrae la presencia, real, de una mujer joven que acaba de cortar unas rosas y las dispone en un jarrón, a los pies del Cristo. Se persigna y se va. Olvida sus tijeras.


Mi visita ha terminado, salgo a la calle y me pongo a pensar en...tijeras. Pero estas de ahora no cortan rosas. Qué cruz este verano...


Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino

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