domingo, 13 de diciembre de 2009

"Cuando la cólera sale de madre , no tiene la lengua padre, ayo ni freno que la corrija."




Don Quijote y Sancho en una tienda de "souvenirs", en Burgos, en la plaza del Rey San Fernando, junto a la Catedral.

Tercera parte del comentario al capítulo 2, 27 del Quijote publicado en "La acequia"


Comienza el discurso, se presenta como caballero andante que toma las armas para defender a necesitados y menesterosos.

Les dice que conoce la causa que les mueve a pelear armados y, tras haberlo discurrido, llega a la conclusión de que están equivocados, al sentirse afrentados.
Que les quede claro que ningún particular puede afrentar a un pueblo entero. Y toma un ejemplo del viejo romance del cerco de Zamora: el que retó a todos los zamoranos porque no sabía que el asesino del rey era sólo Vellido Dolfos. Retó a todos y no se conformó con los vivos, también implicó a los muertos. Y a las aguas, a los panes y…a los no nacidos.

Y qué bien dice nuestro caballero eso de “cuando la cólera sale de madre, no tiene la lengua padre, ayo ni freno que la corrija”.

Que sepan que uno solo no puede afrentar a un pueblo entero, que no hay razón para vengar esas afrentas. Y suelta un rosario de motes que se han colgado a algunos pueblos de España: los de la Reloja que parió relojes son de Espartinas, cazoleros los vallisoletanos, ballenatos los madrileños, etc. Y si todas las localidades rebautizadas tuvieran que vengarse de apelativos con mala leche…Lo de cazoleros, no salió de los de Burgos ¿o sí?

Para don Quijote, sólo por cuatro cosas han de tomarse las armas: la primera, por la fe católica; la segunda, en defensa de su vida; la tercera, en defensa de su honra, de su familia y hacienda; la cuarta, sirviendo al rey, en guerra justa. En defensa de la patria, sería la quinta. A estas cinco se pueden añadir otras justas y razonables, que no sean tontunas.

Y la venganza siempre es injusta, que el mandamiento divino nos ordena hacer bien a nuestros enemigos y amar a los que nos aborrecen. Mandamiento difícil pero no imposible, puesto que lo mandó Jesucristo; el cual dijo que su yugo era suave y, como Dios y hombre verdadero, no pudo mentir.

Ante estas palabras, Sancho proclama que si su amo no es teólogo, lo parece mucho. Aprovecha don Quijote para descansar un poquito; pero ahora el sermoneador es Sancho, que va a dar su discursito, no va a ser menos.

Su señor don Quijote es un hidalgo muy prudente, que sabe lo que sabe un bachiller más lo que sabe un buen soldado. Y las leyes del duelo las tiene en la uña, así que a obedecerle tocan.

Y tiene la ocurrencia Sancho de recordar como, de muchacho, rebuznaba con gracia y salero, tan propiamente que le contestaban todos los burros del pueblo, los de cuatro patas. Y para demostrarlo, se coloca la mano en las narices y rebuzna tan reciamente que los valles retumban. En qué hora lo hace, porque hay uno que se lo toma a burla y le arrea, con un palo , tal golpetazo que besa el suelo.

Don Quijote quiere vengar a su escudero, pero no puede con tantos, es imposible. Llueve la sopa de arroyo, amenazan las ballestas y arcabuces. Y, arre arre , huye a galope, a todo el galope que permite el pobre Rocinante, pidiendo a Dios no ser traspasado por alguna bala que le produzca un mortal boquete.

Los enemigos se contentan con dejarlo huir, sin dispararle. A Sancho lo colocan en su jumento y lo dejan ir. El rucio sigue a Rocinante, sin que su amo intervenga. Don Quijote, a una distancia más que prudente, le espera, viendo que no van detrás.

Los del escuadrón esperan a los del otro pueblo, hasta la noche. Se vuelven a su casa, al no haber fichado, en el campo de batalla, sus enemigos. Si fueran griegos, de los antiguos, levantarían allí un monumento que conmemorase la huida del enemigo.


Un abrazo para todos los que pasáis por aquí.

9 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Abejita, qué interesante tu explicación de los cazoleros y ballenatos. No tenía ni idea que los primeros se refería a los vallisoletanos y/o burgaleses y los segundos a los madrileños. Siempre aprendo mucho con tus geniales aportaciones quijotescas. Muchos besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

¡Ah! Preciosa la foto de nuestros héroes (me ha encantado el pantalón de pana que le han embutido a Sancho el rebuznero). Besotes de nuevo, M.

Alatriste dijo...

Y Sancho no tiene mejor idea que ponerse a rebuznar, y por lo visto con gran arte; ¿ a ver si el enfado de los rebuznadores no vendría por sentir envidia éstos de que un foráneo rebuznara mejor que sus viejos regidores rebuznadores?

Y don Quijote sale por patas al verse sobre pasado en número dejando a Sancho a merced de los del rebuzno, y éste se salva asombrosamente de un gran apalizamiento, tal vez como muestra de respeto ante gran rebuznador. Quién sabe

Un saludo arañita

Abejita de la Vega dijo...

Los cazoleros, en tiempos de Cervantes, eran los de Valladolid, por lo visto, no lo sabía.
Digo que los de Burgos no se hemos puesto el mote, porque entre las dos ciudades castellanas no hay corrientes de simpatía, precisamente. En Burgos, decimos "pucelano", que no es un insulto, pero con muy mala leche. Es tópico aquí decir "los de Valladolid se lo llevan todo".El tren, los médicos, etc
Pero conozco un vallisoletano genial.
El pantalón de pana me cautivó a mí también y ...saqué la cámara.

pancho dijo...

El predicador de la paz que justifica la guerra en casi todas las situaciones. Con tantas excusas justas, no había día que hubiera paz.

Se nos rajó DQ, algo que no hizo cuando destrozó el retablillo de maese Pedro que el enemigo no era más que unas marionetas. En la primera parte no habría dejado solo a su escudero, aunque pensándolo bien, ya lo dejó a su merced cuando el manteamiento, algo que Sancho le recuerda constantemente. No sé, no sé que pensar...

Un abrazo y abríguese usted, que llega el invierno en serio.

¡Ah!, ser pucelano es lo peor que se puede ser en esta vida. Todos los días hay alguien que en el fútbol lo recuerda en esta "Unión de paletos" que somos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¡Mañana voy corriendo a ese escaparate, para verlo! ¡Cómo se me ha podido escapar!

Abejita de la Vega dijo...

Alatriste: es que Sancho rebuzna muy bien,les habrá dado envidia.Y don Quijote deja a Sancho solo, no había reparado en este gesto poco "caballeresco" de don Quijote.

Pancho: cierto, demasiadas excusas. Me abrigo, qué remedio. Sí, creo que la palabra pucelano, dicha con mala leche, viene del mundo del fútbol.

Pedro: el escaparate es de este otoño, ya no estará igual.Pongo otra entrada de ese escaparate.
Un abrazo

Antonio Aguilera dijo...

Abejita, aquì viene el rezagado: de joven lo tenìa como mote porque siempre llegaba el ùltimo al insti.
Pero tù tambièn tienes algo de culpa por hacer de cada comentario semanal "cuasi" un libro jajaja; pero merece la pena la espera.

Me ha gustado còmo has destacado el peso de la edad en Cervantes, y cómo vemos cada vez con más frecuencia este hecho reflejado en el texto: "Cuando Cervantes toma la pluma (...)sabe que su muerte no está lejos...".

Muchos escritores han escrito su "gran obra" a los cuarenta o cincuenta años; pero nuestro Cervantes, con tantos avatares, no tuvo tiempo de escribirla antes.

Y ahora, me quedo con la boca abiertaaaa: ¿cómo sabes que el ilustre manco de la "zocata" (éste no podría izquierdear) no escribió nada el 8 y el 9 de julio de 1614??, puede que se superaran los 40ºC. y estuviera sudando la gota gorda jajaja

La "sopa de arroyo" ahora se tornó nublado de piedras. Me acordé del lecho del río que montaste para ilustrar aquel dicho. Pero pensé: ¿dónde buscará Abejita ahora una foto para ilustrar un nublado de piedras??? jajaj. Seguro que tú también lo pensaste.

Recibe un abrazo, y no cambies.

Abejita de la Vega dijo...

Antonio: yo también te contesto rezagada. La verdad, es que nunca había escrito tanto como ahora , mi historia se divide en antes del blog y después del blog. Empezó Luz (Ele) y luego seguistéis los demás. Sois un estímulo maravilloso.
Cervantes estaba muy, muy malito pero quería vivir. Dice en la dedicatoria al conde de Lemos :
«Ayer me dieron la extremaunción y hoy escribo ésta; el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir...»
Lo de las fechas es un cálculo de fechas que hizo un profesor colombiano, pero cuadra a la perfección.
Pensé en las piedras, pero quietas. Tenía que pedir a alguien que las lanzara y yo a captar la imagen...difícil.
Recibe un abarzo y no cambies, yo también te lo digo.